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Energia

miércoles, 13 de agosto de 2014

Es curioso la cantidad de contrastes que nos aporta esto de lo social, no de la vida, la vida en el fondo es claramente sencilla, se sustenta de otras -cosas sanas- para poder existir, la planta de la tierra, de la atmósfera y el sol, de sus minerales y su energía natural, el animal o el insecto de lo que esas plantas toman equitativamente, ofrecida sin pedir nada a cambio, solo transformándola por estar en el lugar adecuado para conseguirlo, y luego otros seres que se alimentan de lo que los otros han conseguido en esa transformación primigenia, así se crea un ecosistema que se beneficia de un mecanismo lógico y sin muchas complicaciones, algo que desprende equilibrio. Mas he aquí mi cuestión, el contraste humano al considerar la energía como un derroche inaudito y sin parangón dirigido al uso y disfrute desmesurado, acabando por usufructo asignado, por un incomprensible derecho emergido de alguna parte ignota, con ese equilibrio tan razonable, paradoja del ente social que tiene como base la razón; destruimos algo que tiene un exquisito plan, por un inútil proyecto dirigido a conseguir demasiadas absurdas apetencias, usando mal el elemento energético dispuesto hacia un fin en si mismo, crear belleza, alterando un proceso tan simple por un insensato y complejo don destructivo al no comprender lo adecuado. Campeamos a nuestras anchas destrozando lo bello de la vida para transformarlo en una real porquería, que incongruencia manufacturera.

Bueno, así lanzado en mi eterna discordia con el plan social de la humanidad irreverente, esa que hace de lo fácil una quimera y de la felicidad una payasada, engendro de ese infierno industrioso destructivo sin finalidad propia. En el fondo no se a dónde se quiere llegar, ya que se pierde el factor implícito de ser una finalidad natural, por la suma del continuo error durante tantos siglos de perspectiva decadente. Algunos se creen los mejores del reino, no el de los cielos, que ni a eso se aspira, también está lleno de chatarra, sino al que por ser tan payasos se han coronado, tachin tachán, LOS REYES DE LA TIERRA, mamelucos es más bien lo que son, por llevar a cabo la energía industrializadora hacia el mismo desfase, adjuntando encima la mascarada de la oferta del bienestar, vendiendo realmente una desesperación nunca vista.

A mi la energía que tanto se gasta en hacer de la sociedad un mare magnum, me suena a despilfarro esquizofrénico, ya no es lo necesario, ni tampoco la mayoría se contenta con poco, gusta que las cosas sobren, que se acumulen, que haya para dar y regalar, no escatimar en gastos para poner en el mercado de la sociedad consumista la tontería más absurda a costa de la energía que por algún lado ha de proveerse. Ya no es la planta que toma de la tierra lo imprescindible y nada más, para crear con ello una progresión que alimente o transforme una función termodinámica que no se expanda en demasía, para poder remediar si se potencia demasiado el mismo desencadenante, es un factor que rompe totalmente con la acción inicial, se utiliza más de lo que se puede reponer, algo que no es muy razonable, pero a la vista está que el que razona, es el que con ese mismo fin arruina, en busca de la subjetiva riqueza, causa de todas las más graves injusticias humanas.

Me salto esta ilógica, que por lo visto es bien vista por la mayoría de los que gobiernan, para ellos es algo que no se puede remediar, parece imposible desmantelar unas pautas adquiridas durante tantos años de comportamiento idiota, de haber sido dirigidos por poderes eclesiásticos, monárquicos u otras oligarquías de poder, que antes eran pepitos y ahora juanitos, y en los que se sentaban y se sientan gentes que tienen menos seso que un mosquito. Mísero capitalismo de nuestros tiempos con sus ejemplares meteduras de pata, antes otras miserias de los cielos y los infiernos representados por otros que también les encantaba meter la pata, bueno y en la retaguardia la siguen metiendo, para el caso siempre ha de haber algo o alguien fabulero y fabuloso que con apologías en los discursos hacer del error continuo una causa común, y dentro de la comunidad irnos todos al carajo. Nos dan la oportunidad a los que siempre nos han tratado de idiotas para dejar de serlo, tenemos todo un sinfín de academias dirigidas al aprendizaje para comprender las cosas, por poner cosas como generalidad, en este "paraíso capitalista" pleno de la oportunidad o más bien el oportunismo, (lástima de ese otro mundo fastidiado por este, que hace falta educar por falta de recursos, vaya, pues si que se plantea bien el gasto energético..., es que la verdad, se sigue siendo idiota en según que estratos), mas sirve de algo lo que con tanto fervor educativo... ¿educan?, en estos lugares con inversiones importantes para esa labor, no por el educador, que seguro pone todo por su parte para hacer comprender la misión de una humanidad comprometida, sino de los educados, que a la vista está que a muchos les suda todo un pimiento.

Encantado con las crisis, así pensamos que algo no va bien, bueno, no se si alguna vez lo social ha ido bien de verdad, pero como siempre nos han de dar palos para abrir los ojos, en eso no nos diferenciamos de cualquier ser maltratado, por impotencia y rabia, nosotros por lo mismo, no hay peor visión que un ser perteneciente a este autonominado género "superior", desahogando su incompentencia en otros seres inocentes e indefensos, y eso por desgracia, es una actitud muy común.

Pero que tiene que ver esto con la energía, pues que energía es todo, y existen muchos niveles para su desarrollo. Desde el incógnito mundo llamado cuántico, pilar básico de la creación, hasta el infinito o no tan infinito universo; entre medias unos seres que saben reflexionar, con la oportunidad de hacer las cosas mejor, libre albedrío, pero inútil su uso en el enfoque actual. Evolucionamos, para que..., para seguir aferrados a patéticas consideraciones, a valores inculcados hacia una visión de las cosas cerrada e inalterable, o más bien, a continuar sin ganas de saber más de la cuenta. Imbuidos en un mundo que transforma su vigor hacia un bien económico o ecosistema, que el mismo favorece para mantener su equilibrio, vida sobre la vida, se malogra la primaria función por unos cuantos que siempre son los que se benefician, destruyendo ese pequeño colectivo una gran entidad generadora....

Lo mismo que se ha de curar el cáncer en los cuerpos enfermos, se ha de cercenar esa otra lacra que hace peligrar la existencia de muchos cuerpos sanos... en una Tierra enferma.

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